El título del libro de Jonas Jonasson "El abuelo que saltó por la ventana y se largó", hace que te decidas a leerlo, pues te llama la atención y es que el título de una novela tiene que pensarse bien y en este caso no sé si el autor o la editorial o un amigo después de leerlo ha dado en el clavo.
Allan Karlsson es un viejo con muchas ganas de vivir que, el día en el
que cumple cien años, y poco antes de una fiesta que le van a preparar
en el asilo en el que vive, se fuga dando un salto por la ventana.
Después llega a una estación de autobuses en donde
compra un billete para un pueblo cualquiera, da lo mismo el que sea, lo
importante es huir. Pero el azar hace que un chico bastante
maleducado le pida vigilar una maleta mientras va a los aseos. De
repente aparece el autobús que ha de coger. Y Allan, ni corto, ni
perezoso, se monta en él llevándose esa gran maleta. Poco sospecha que
ese acto le va a cambiar la vida ya que dentro de ella hay 50 millones
de coronas obtenidas de manera no muy legal.
Yo creía que en los países nórdicos sólo se escribía novela negra pero estaba equivocada. El tema novela negra
nórdica está ya tan explotado que los lectores buscan algo totalmente
diferente. No es de extrañar que esta divertida novela se haya alzado,
además de con premios tales como el del gremio de los libreros o mejor
novela del año, con el favor del público lector, lo que la ha hecho
llegar a tener unas ventas millonarias como nunca se recuerdan. Pero es
que esta novela es muy buena,
Y es que es verdaderamente difícil hacer una comedia que no decaiga. Utiliza dos líneas narrativas, la huida hacia adelante del viejecito, al
que cada vez le acompaña más gente implicada en el robo, se le une otro
hilo argumental increíblemente endiablado que parte de la vida del padre
de Allan y continúa con sus peripecias a través de países y
mandatarios de todo el siglo XX. Sí, tenemos un abuelo con una larga vida a sus espaldas, Allan ha vivido lo
suyo, ha conocido a Franco, Truman, Churchill, De Gaulle, se ha acercado
a la CIA, la KGB, Gulag.. y finalmente se jubiló. Vale la pena, te ríes un buen rato.
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